SAN CRISTÓBAL.- Entre las angostas y empinadas carreteras de El Valle del Durí, en lo más alto de la turística y agrícola Mesas de Esnujaque donde se miran extensas plantaciones de flores a la vera del camino, al lado de sembradíos de frutas y hortalizas, fue labrando su carrera deportiva el joven Jonathan.
Como todo chico que nace en estas tierras andinas conoció a muy temprana edad las labores del campo, pero tuvo la suerte de contar con un padre que en medio de sus largas faenas cultivando la tierra le gustaba oír a través de las ondas hertzianas algunas transmisiones de carreras como la Vuelta a Trujillo y la misma Vuelta al Táchira, y en sus sueños se imaginaba oir su apellido por las ondas hertzianas.
Fue precisamente don Héctor Eugenio quien más se entusiasmó en que su pequeño Jonathan algún día pudiera estar compitiendo en el alto nivel y empezó a animarlo cada día, comprandole una bicicleta; a esa motivación paternal se sumaron su tío Edgar y su hermano mayor Héctor; toda la familia apoyaba la idea de tener un deportista y todo el esfuerzo fue para brindarle el respaldo.
No pasaría mucho tiempo para ver el fruto de esa abnegación de la familia Eugenio Suárez a la que también se sumaba su progenitora Doña Mirian quien lo trajo al mundo un 7 de septiembre de 1998.
“Comencé a entrenar en forma como a la edad de 11 años, teniendo como primer patrocinante a mis padres, luego a los 13 años corrí en el equipo Doctor José Gregorio Hernández en competencias en Valera y otras poblaciones trujillanas, fue un tiempo de aprendizaje” expresó Eugenio al recordar sus primeros pedalazos.
Ya con 15 años Jonathan Eugenio corrió por primera vez la Vuelta de la Juventud y por un contacto se fue a Colombia donde empezó a entrenar con un equipo de la población de Ramiriquí, en el departamento de Boyacá. En el club Ramíriqui Obras de Verdad estuvo dos años donde corrió muchas carreras y fue sumando experiencia; en el 2016 regresó al Táchira para correr la Vuelta de la Juventud y se coronó campeón.
EL FUTURO
Ya con muchos kilómetros en sus piernas y con una carrera que se viene labrando a puro pulso apuesta a más logros en el futuro próximo. El próximo objetivo es la Vuelta a Boyacá que sería su quinta participación y el cuarto Clásico RCN a sus espaldas, a eso hay que sumarle participación en 4 Vueltas a Colombia, 3 Vueltas a El Valle y varias veces disputando clásicas de Fugasugá, Soacha y Anacoima.
Afortunadamente en Colombia ha conseguido un buen respaldo gracias a su talento. Ahora cierra filas con el equipo EBSA de Boyacá con la que afrontará varias pruebas en los próximos meses para al final de año enrolarse a las filas del club Politáchira con el que espera correr la Vuelta al Táchira del 2024, giro que tiene entre ceja y ceja.
¿Qué te hace ilusión en estos momentos?
”Mi mayor deseo es llegar a un equipo profesional en Colombia y estar mucho más cómodo en la parte económica. Quiero también algún día ser considerado para la selección nacional de Venezuela, hasta ahora no he tenido ningún llamado de la Federación, pero hay que insistir y nunca desistir”.
Jonathan es un agradecido de la vida, de la familia que tiene y que se ha volcado a apoyarlo desde chico. Sabe que cada triunfo, cada pedalazo es una alegría para el corazón de sus padres, amigos, tíos y hermanos, y la novia. “Todos siempre están pendientes de mí y también agradecer a los patrocinantes en Colombia y aquí en Venezuela”.
Gráficas cortesía: Prensa ATC