SAN CRISTÓBAL. (ESPECIAL).- Las altas probabilidades de una derrota Vinotinto en Barranquilla estaban sobre el tapete y se cumplieron. Apenas el 30% pensó en salir con los 3 puntos de la arenosa, así que hasta allí todo normal. Perder frente a Colombia no es el fin del camino emprendido por Venezuela en la ruta al Mundial 2026, hay mucho trecho por recorrer.
Lo que vale tomar en cuenta son las formas en las que se plantó la selección dirigida por el Bocha Batista en una cancha de por si dificil por el tema de temperatura y humedad. Con tres hombres de marca en el medio y tapando las bandas el cuadro nacional supo controlar al elenco cafetero.
No fue más el local que los criollos en ese primer tiempo. Se dieron situaciones de riesgo en ambos lados de la cancha, unas más peligrosas que otras, pero ambos pudieron abrir la pizarra en los primeros 45 minutos. La tuvo el goajiro Luis Díaz frente a Romo y también Yangel pudo cuajar en un centro al área de Vargas.
El movimiento de piezas sobre el tablero verde lo estaba ganando Batista. Néstor Lorenzo se desesperaba en la línea ante la ineficacia de sus peones, mientras el rey estaba desprotegido y los alfiles no encontraban acomodó y los caballos andaban con el freno metido.
Los movimientos en el bando patriota eran de filigrana. Marcas escalonadas y pegando al rival a la raya, aislando a los hábiles y cortando las conexiones por el medio. Rincón, Martínez y Herrera se movían con precisión, los peones avanzaban y cortaban, los caballos corrían a todas y las torres hacían su trabajo en el fondo, inmaculados en la marca y el despeje con Osorio mandando a la tropa y arengando desde el fondo.
Y que pasó en el segundo tiempo?. Distracción de camerino o acierto del rival. Lorenzo movió el banco y sacudió la modorra que asoló a sus dirigidos en el primer tiempo. Solo fue un haz de luz, un rayo que los iluminó en fracción de segundos y que les permitió exhalar una bocanada de oxigeno en un escenario que se ahogaba en el hastío.
Gol de Borré por vía aérea. El del Leverkusen es un depradador y sometió a Romo que nada pudo hacer. Un gol que puso a Venezuela en jaque. Error en la marca por parte de Mago sobre Arias o falla de los medios al no ir con fuerza a evitar el cambio de frente de Carrascal. Gol frío que hizo levantar el polvo de la arenosa, pero que cogió a medio mundo desprevenido.
El resto del juego es historia. No hubo goleada. Colombia siguió en sus desaciertos ofensivos y Venezuela entró en la fase de yerros en la entrega. El local se regodeó con el balón y lo hizo circular, como lo dictan los cánones.
La placa de posesión dice que Colombia tuvo el balón el 71% y Venezuela apenas el 29%, parece abismal y si algún desprevenido no vio el juego dirá que los cafeteros fueron una aplanadora. La realidad es otra, en la cancha no pesó el valor que da transfermarket a ambos equipos.
A CRERNOS EL CUENTO
El Bocha Batista y los jugadores saben que pudieron hacer más. Ahora se viene el duelo con Paraguay. Hay que creerse el cuento y plasmar en la cancha de Maturín que se puede sumar completo. Los guaraníes parecen estar a la medida de la Vinotinto. En el último duelo oficial por eliminatoria fue 0-1 a favor de los sureños, muchos de los protagonistas de aquella partida estarán en la cancha.
El cuadro nacional debe corregir mucho. Paraguay ofrecerá resistencia en la zona defensiva que de paso es su fuerte; otro punto para tomar en cuenta es el juego aéreo, eso lo sabe el técnico, entonces tomando las precauciones del caso y colocando altura en defensa también hay que desplegar talento en la mitad hacia adelante para romper el bloque granítico de la visita.
El rival sacó un punto en su casa frente a Perú. No pudo vencer a los incas con un hombre más en la cancha durante el mayor tiempo del partido. Remataron en 19 ocasiones, 6 al arco. Es una selección que comete muchas faltas – 19 ante los peruanos – pero de buen comportamiento en defensa. De visitante se resguardarán más en el fondo y apostarán al contragolpe teniendo como máximo referente a Almirón.
A Bocha y el grupo le viene una empresa muy dura. No hay tiempo para lamentos. A Paraguay hay que enfrentarlo con todas las armas en ristre. Desde las tribunas levantar el corazón y empujar con fervor. Sacar la victoria en casa es un asunto serio y toca poner toda la carne en el asador.