A QUIENES PUEDA INTERESAR

 (Renuncia Publica a la Asociación Tachirense de Ciclismo)

 Sres. Junta Directiva de la Asociación Tachirense de Ciclismo (ATC).

Atención: Rubén Osorio

Presidente.

En fecha 28 de junio de 2021, fui convocado a las elecciones de la Junta Directiva de la Asociación Tachirense de Ciclismo (ATC) para el periodo del ciclo olímpico 2021 – 2025, las cuales se llevaron a cabo en las instalaciones del Velódromo J J Mora, resultando electo como miembro del Consejo de Honor de dicha asociación de naturaleza deportiva.

Desde sus primeras reuniones, siempre asumí una postura critica, radical e irrestricta sobre lo que, por convicción propia, consideraba y aun considero debe cambiar en el ciclismo regional y nacional, constituyéndome en forma reiterada, en férreo defensor de la legalidad, el estado de derecho y la defensa del ciclismo como manifestación cultural inequívoca del Tachirense, sin embargo, durante estos casi dos años, considero que he nadado contra corriente y me he visto solo, desplazado y aislado en los objetivos planteados.

Es por ello que luego de mucho meditar sobre la decisión que hoy me veo obligado a tomar, por propias convicciones y principios, con mucho dolor y sentimiento, he llegado a la conclusión que no tiene sentido formar parte de una ATC que carece capacidad operativa y funcional, que no tiene autoridad y de cuyo máximo evento calapédico (Vuelta al Táchira en Bicicleta) ha sido despojada y hoy por hoy es una simple invitada de piedra –muda y ciega- en la magna cita ciclística.

En efecto, durante la organización y desarrollo de la Vuelta al Táchira ediciones 2022 y 2023, he visto con asombro y extrema molestia, como el principal patrocinante, deja de ser patrocinante para convertirse en amo y señor de la carrera, imponiendo “Comité Organizador”, “Recorrido”, “pautas de seguridad” y demás aspectos logísticos, sin criterio alguno desde el punto de vista técnico, pues estos “patrocinantes” saben de ciclismo lo que nosotros podemos saber de física cuántica.

Por supuesto, muchos se preguntaran, y que sucedía dentro del seno de la ATC ante este dominio y control absoluto del patrocinante principal del evento, la respuesta es “Nada”, total conformismo, resignación y entrega de los espacios que por muchas décadas se tenían bien ganados.

No falto quien se ofendiera y rasgara vestiduras dentro de la ATC, ante mis constantes llamados de atención y duras criticas por todo lo que se observaba dentro de la organización de la Vuelta Grande de América, ganándome de estos su animadversión denotada, pues para muchos es mas importante figurar en una foto, portar credenciales e indumentaria que los identifique como parte del evento, que realmente asumir las funciones y roles para los que fueron electos.

La Vuelta al Táchira, salió de la esfera organizativa de la ATC, su administración y gerencia recaen en manos ajenas al evento. Hoy quienes colocan el dinero como patrocinantes se apropiaron del evento y son quienes fijan las reglas y marcan las pautas, involucrando a un sinnúmero de personas que nada saben de ciclismo y que en lugar de aportar en positivo, empañan el evento con sus actitudes abusivas y de atropello al aficionado, al ciclista y a los propios miembros del ATC, quienes se conforman con todo esto solo a fin de poder contar con un lugar insignificante dentro de la caravana multicolor, porque pareciera que estar dentro del evento lo vale todo, y estar afuera es impensable.

Desde el punto de vista económico, ni para que entrar en detalles, pues es inauditable e indescifrable lo que aquí ocurre.

Tantas son las oscuras anécdotas que me quedan de estas dos Vueltas al Táchira, que jamás podre olvidar, por citar un ejemplo, los cambios constantes de recorrido a escasas semanas del inicio de carrera, porque sin atender a criterios técnicos algunos, a través de una llamada telefónica algún reyezuelo exigía que la carrera pasara por su ciudad, y acto seguido, en forma desesperada se ajustaba una y otra y otras tantas veces mas el recorrido, a fin de complacer los caprichos diarios de distintos personajes que para la publicidad y propaganda están prestos en todo momento.

Pena ajena me causó observar como en la recién finalizada Vuelta al Táchira 2023, se le impedía a Rubén Osorio –Presidente de la ATC- su transitar en el Circuito “Santos Bermúdez” de las Avenidas España y 19 de Abril, siendo inclusive obstaculizado por funcionarios de nuestra gloriosa GNB, a quienes les falto fue esposarlo y llevárselo detenido, o como durante la premiación final de la carrera, a la ATC no se le permitió participación alguna, cuando es esta asociación deportiva, duélale a quien le duela, la que frente a los ojos de la Unión Ciclística Internacional (UCI), es responsable del evento.

Resultaría por demás interesante observar como haría (en el escenario de que no existiese una ATC electa legítimamente) quien patrocine al evento y se asume dueño del mismo, para inscribirlo en el calendario internacional de la UCI, sin duda alguna que no se podría y peor aun, tendríamos un evento sin categoría 2.2 en el escenario ciclístico mundial. La Vuelta al Táchira es un evento de la exclusiva responsabilidad de la ATC, conforme lo rezan sus estatutos y ante la UCI es ésta la única responsable de dicha justa deportiva, en otras palabras, los derechos deportivos de la Vuelta al Táchira son propiedad de la ATC y no de sus patrocinantes.

En definitiva, estamos transitando irremediablemente el camino que lleva a la destrucción de la Vuelta Grande de América, a la perdida de su categoría 2.2 UCI, y peor aun, estamos dilapidando el esfuerzo de los dirigentes que hace un poco mas de 50 años dieron el gran salto de organizar las primera Vueltas al Táchira, dándonos a conocer en el mundo entero. No podemos olvidar los nombres de quienes transitaron nuestras carreteras andinas, montados sobre sus caballitos de acero durante toda esta larga y gloriosa historia calapédica de La Grande de América, por respeto a ellos y a la gran afición del ciclismo tachirense es que este rumbo reprochable que hoy ha tomado la Vuelta debe cambiar para mejores y excelsos escenarios.

Pero el tema no solo se circunscribe a la Vuelta al Táchira, pues si de ciclismo hablamos, no puedo pasar por alto en esta renuncia publica, la vergonzosa experiencia vivida hace escasos días en el Velódromo JJ Mora, durante la implantación de un nuevo record de la hora nacional.

Es inaudito que Edwin Torres haya tenido que recorrer los últimos 25 minutos de su intento de record, bajo una siniestra y total oscuridad, la misma que se cierne sobre el ciclismo regional, y que solo fue apaciguada por las luces de las linternas de los teléfonos celulares de los mas de dos mil aficionados que colmaron las graderías del velódromo , el mismo que en el año 1977 sirvió de cita para un campeonato mundial de ciclismo, pero que hoy en día no cuenta con iluminación eléctrica.

Para Edwin Torres, y sus Directores Técnicos en este record, Edgar Da Silva y Arlex Méndez, mis más sinceras felicitaciones, admiración y respeto, pero por sobre todo, mis mas sinceras disculpas en nombre de la inexistente ATC a la que hoy renuncio, disculpas por haber permitido que esta bochornosa experiencia se haya suscitado, que solo atiende única y exclusivamente a quienes regentan y tienen bajo su responsabilidad esta infraestructura deportiva, sin callar que esta responsabilidad también es compartida con el Ministerio del Deporte, la Federación Venezolana de Ciclismo, el comisario internacional de la UCI que certifico el record y demás autoridades que para la foto si estuvieron prestos, pero que dan la espalda a la hora de garantizar condiciones dignas dentro de las que el atleta pudiese intentar su hazaña deportiva.

Queda para la historia este lunar muy negro que adorna el record de la hora de Edwin Torres, somos la burla del concierto ciclístico internacional. Edwin sin duda alguna Ud. es un héroe, al lograr batir el record del recordado Justo Galaviz, rodando a mas de 47 kilómetros a la hora, bajo una total oscuridad.

Son por todas estas razones y por muchas otras que decido no mencionar en este momento a fin de evitar extenderme sin necesidad, ya que todo lo que ocurre en el ciclismo regional es un hecho publico, notorio y comunicacional, por lo que repetirlo en estas líneas es hablar mas de lo que ya todos conocen, que me veo en la necesidad imperiosa de renunciar públicamente al Consejo de Honor de la ATC, de una ATC repito inexistente, innecesaria, sin atribuciones ni autoridad, y absolutamente desplazada por quienes patrocinan y aportan el dinero para la organización de la Vuelta al Táchira.

Finalmente quiero hacer énfasis en pedir disculpas a los ciclistas y aficionados de este hermoso deporte de las bielas, disculpas por no haber podido hacer nada para enderezar los caminos equivocados que desde hace ya varios años transita el ciclismo tachirense dentro de lo organizativo, espero que estas palabras que hoy dejo plasmadas en la presente, en algo sirvan para contribuir a mejorar la situación e iniciar los pasos que nos lleven a mejores escenarios y circunstancias, pues solo después de haber tocado el fondo no nos queda mas que iniciar la escalada hasta salir de allí.

En San Cristóbal, Estado Táchira, a los 14 días del mes de marzo de 2023.

EMERSON RIMBAUD MORA SUESCUN

V-12.817.846

LILIBETH CHACÓN VUELVE A REINAR EN EL TOLIMA