Especial. (Autor: Doménico Andrade). El 9 de junio de 1923 en la aldea Cuquí del entonces Distrito Junín a pocos kilómetros de la ciudad de tantos puentes, en la hacienda “El Progreso” llega a nuestro mundo aquel muchacho que se convertiría en el mejor pelotero de la década del 40 y 50 del siglo pasado en nuestro municipio Junín

Se llamó Félix María Hernández Ocariz mejor conocido como Tulio Hernández. De pequeño observó y quizás participó en las “caimaneras” que se realizaban en los solares o la Sabana de su terruño querido, en aquel deporte que una vez trajeron Alarcón y Sánchez y que lo jugaban en la plazuela o plaza del Samán que también se llamó plaza Colón.

Con implementos hechos de palo de naranjo (bates)  lona (guantes) y el hilo de pita (las pelotas) fue iniciándose un idilio entre estos implementos caseros y ese niño que miraba y jugaba el béisbol.

Don Ernesto y doña Eduarda deciden abandonar la finca “El Progreso e irse  al Tocuyo (Estado Lara) junto a Tulio y sus hermanos Marcelo y Héctor buscando un mejor nivel de vida abandonan Cuquí en 1930.

Allí en el Tocuyo, Tulio es inscrito en la escuela “Doctor José Gregorio Hernández” con la suerte que al docente de su aula de clase le gustaba el béisbol y allí Tulio entró “como anillo al dedo” ya que en esa escuela practicaban el béisbol estudiantil; Tulio encajó muy pronto y ellos verían sus cualidades como pelotero y descolló en ese deporte

A Tulio como premio por su actuación lo llevan a diferentes campos deportivos para que observara juegos oficiales de béisbol en Barquisimeto y Quíbor, ahí se desarrolla beisbolistícamente-

Unos años más tarde los padres de Félix deciden regresar a su patria buena junto con sus hijos; ya Tulio siente en sus venas como la sangre beisbolera circula por él, regresa en 1935.

Cuando la familia Hernández Ocariz  regresa a Cuquí, Tulio muestra bastante destreza pelotera, en los juegos organizados en equipos de la ciudad de los puentes y con el equipo Libertador.

Tulio se traslada a vivir a Rubio y los hermanos Víctor y Guillermo Osorio se lo recomiendan el dueño del club Vargas, señor Leonardo Bar, destacar que a este club Vargas llega como pelotero Luis Aparicio “El Grande”.

Tulio es contratado para que sea pitcher y cuarto bate ya que tiene un potente brazo para lanzar y es poderoso con el bate. Este equipo Vargas para 1944 se titula campeón, más tarde pasaría a llamarse Deportivo Rubio de gran aceptación en la fanaticada tachirense.

Tulio Hernández va a 10 campeonatos nacionales representando al Táchira, es en su sexto campeonato cuándo es reclutado para que juegue la pelota profesional y pasa integrar el club Cervecería Caracas de puros criollos, pero es más fuerte la nostalgia y la querencia por su pueblo y decide regresarse a su tierra junidense.

Finalizada su época como pelotero activo pasa a ser manager dirigiendo la selección del Táchira y el equipo de sus sueños Deportivo Rubio con él que permanece muchos años.

Ya retirado lo encontramos impartiendo clases de educación física en diferentes liceos de Rubio, allí en la ETA o Las Américas nos contaríamos como uno de sus alumnos de esa bella década que fueron los años 70.

Contaba Tulio Hernández que una de sus satisfacciones era que su nombre es el epónimo del estadio de béisbol, se le reconoció en vida todo su esfuerzo, dedicación e impulso conque actuó a lo largo de su vida profesional deportiva, contaba además que todo lo que tenía se lo había dado el béisbol.

En noviembre del 2014, fallece nonagenario dejando un gran vacío en la población de Rubio. Al cumplirse el centenario de su nacimiento sus amigos y familiares junto a la emisora comunitaria Kania 97.3 han programaron en el mes de junio una serie de actividades en su honor.