San Cristóbal.- Los accidentes en cualquier competencia deportiva o recreativa suelen suceder. Ninguna actividad esta exenta de sufrir un percance. Muchos episodios trágicos han sucedido en competencias de alto nivel como la automovilismo, el ciclismo, beisbol, fútbol, etc.
Quiero resaltar dos hechos que enlutaron el deporte mundial, uno ocurrido el 1 de mayo de 1994. Ese día el brasileño Ayrton Senna falleció luego de impactar su vehículo contra la curva Tamborello a 211 km/h durante el Gran Premio de San Marino. El segundo acto de más reciente data fue en los últimos días de junio en pleno Tour de Suiza, cuando el ciclista Gino Mader (26 años) murió luego de irse por un Barranco en la 5ta etapa de esta prestigiosa carrera. El suizo chocó con un compañero mientras descendían por el puerto de Albula hacia La Punt. Los organizadores dijeron que Majer fue sacado del lugar en una ambulanciaa érea hacia un hospital. Em ambos casos se hicieron correciones para evitar más tragedias de ese tipo.
El domingo 13 de agosto ocurrió un severo accidente durante la competencia de carruchas que se celebraba en medio de las festividades de La Consolación de Táriba. Falleció trágicamente un competidor que golpeó su humanidad contra una vivienda de la calle 4 de esa población tachirense. Ender Eliceo Pérez perdió el control de su bólido luego de un descenso pronunciado y allí quedó su cuerpo inerte. Presuntamente su muerte ocurrió al sufrir politraumatismo cráneo encefálico. Es el riesgo que se corre en este tipo de eventos.
Lo que llama la atención de este evento trágico es que al momento de ocurrir el accidente, el infortunado hombre no recibió las atenciones que se requieren en este tipo de actos de acuerdo a los protocolos que dictan los organismos de seguridad y prevención. No había ambulancia ni personal médico para atender cualquier emergencia en un evento de alto riesgo como esta carrera “El Desafío Extremo de Carruchas 2023” que así se llamaba la competencia.
Los videos que circulan en las redes dejan ver a personas, unos tratando de mover el cuerpo sin seguir los protocolos establecidos, sin inmovilizar a la persona, sin el uso de una camilla especial ni colocarlo en una posición que no afectará su columna y cabeza; varios lo tomaron por sus piernas y brazos, en medio del griterio colectivo y lo colocaron en un vehículo no apto para trasladar un herido de gravedad hasta un puesto asistencial. Es cierto que había allí unas personas identificadas con uniformes de Protección Civil, pero parecían estar “desarmados” sin los instrumentos necesarios para atender un caso especial ¿Y sin saber qué hacer?.
Y aquí caben varias preguntas. ¿Los organizadores dispusieron de personal paramedico y equipos (ambulancia) para atender cualquier emergencia? ¿Dónde estaba ese personal cuando ocurrió el percance y porque no llegaron a tiempo al sitio? ¿Recibió la atención debida y a tiempo el infortunado competidor?, ¿ Se dispuso de medidas especiales para asegurar el transito por esa ruta intrincada? ¿Se revisó bien el trazado de la carrera, la peligrosidad del descenso y se dispuso lo necesario como colocar cauchos o zonas de protección como hacen en el karting? .
Son muchas las interrogantes que quedan rondando y que a la fecha (15 agosto) no han sido respondidas por los organizadores, que en este caso y de acuerdo a boletines de prensa estaba a cargo de la Fundación Tachirense de Carrucheros con el apoyo de la gobernación del Táchira y la Alcaldía de Cárdenas y que supuestamente tenían una logística de seguridad donde figuraban la Policía Nacional, Estadal y Municipal, Protección Civil y Bomberos de San Cristóbal.
Que esta tragedia que enluta a una familia deje enseñanzas y permita a los organizadores de eventos extremos tomar medidas más contundentes y brindar la protección, garantizando la vida de los competidores y asistentes a los eventos
Por: Nelson Altuve P/CNP 7806